Si hay algo que sorprende a los alumnos cada año, es ver como la aguja del termómetro comienza a subir cuando la introducimos en el centro de la compostera. Las bacterias y hongos descomponedores están vivos y trabajando para cerrar el ciclo de la materia transformando la materia orgánica en inorgánica. Esta última enriquecerá el suelo que utilizaran luego las plantas de nuestro huerto.
Y toda esta vida en nuestra compostera está generando calor. Parece magia, pero es CIENCIA.