Lo primero de lo que nos dimos cuenta al volver era que, quizás, el haber situado la compostera bajo unos enormes y preciosos pinos no había sido tan buena idea…Como veis en las fotos la encontramos completamente cubierta de heces de aves.

De todos modos eso no fue impedimento para hacer nuestras primeras mediciones de temperatura, airear los materiales y añadir algo más de acelerador. También tuvimos que echar un poco de agua, ya que, teníamos algo de exceso de residuo seco.
Tenderemos que esperar a la próxima semana a ver como evoluciona ahora.